jueves, 30 de abril de 2015

Mi delicioso unicornio

Era una noche espléndida en Dulce Land estaba junto a mi hermano Franco en el campo de mi tío.
De repente, se escuchó un gruñido, comenzamos a correr hasta la casa. Ya a salvo nos fuimos a dormir.
Luego, mi padre gritó, mi hermano Franco y yo nos  despertamos y fuimos con mi padre que estaba en una esquina. Tenía la cara pálida porque dentro de la casa estaba aquel animal con aspecto de unicornio pero con piernas de chocolate, cuerpo de algodón de azúcar y su cuerno de pirulin. Esta deliciosa criatura no se quería retirar de la casa.
Pasaron los días y poco a poco fuimos conociendo al animal que parecía que era amigable. Su único defecto era el tamaño.
Un mes después mi hermano y yo nos encariñamos demasiado y mi tío expandió la casa para que aquel entrara y tuviera espacio.
Después de tres años de que este animal fantástico viviera con nosotros, ocurrió algo inesperado: el pobre indefenso no hacia completamente nada, entonces lo llevamos al doctor, que dijo que el estaba embarazada. Era una hembra. Era un milagro ya que su especie tan extraña y hermosa estaba en peligro de extinción.
Luego de tener cria, ella murió. Todas sus crías necesitaban de una madre y como la única hembra de su especie estaba del otro lado de la ciudad debimos enviar a las crías hacia alli. Todos los meses las vamos a visitar y cuando se cumpla un año serán de nuevo todas nuestras.